Carniceria Vicente Gijón

Cómo introducir la carne en la dieta infantil

Niños jugando en un parque

Muchas familias se preguntan cuándo se debe introducir la carne en la dieta infantil. Lo cierto es que su incorporación varía en función de cada bebé, pero habitualmente, suele ocurrir a partir de los 6 meses. A partir de los 6 meses, los niños alcanzan una mayor madurez intestinal y son capaces de digerir alimentos más sólidos. Una vez que el niño tolera los purés de verduras, frutas y cereales sin ningún problema, comenzaremos a incorporar las carnes en su dieta, de manera paulatina y progresiva. Es importante no forzar al niño en ningún momento, ya que cada bebé posee diferentes ritmos de desarrollo.

La carne contiene proteínas de alto valor biológico que ayudan a reforzar el desarrollo y el crecimiento infantil. La carne será el primer alimento de origen animal que probará el bebé, por lo que es importante prestar mucha atención al grado de tolerancia y de aceptación que el niño manifiesta. La forma más adecuada de incorporar la carne a la alimentación del bebé es triturarla y mezclarla con puré de verdura.

La composición nutricional de los diferentes tipos de carne suele ser similar. Todas las carnes son ricas en vitaminas de grupo B (transforman alimentos en energía, beneficiosas para el sistema nervioso…), contienen todos los aminoácidos esenciales y contienen altos niveles de hierro (mucho mejor que el hierro de procedencia vegetal). Su diferencia radica en la cantidad de grasa que presentan. Debido a que el estómago del bebé todavía se está formando, comenzaremos a incorporar la carne en la dieta infantil a través de animales de muy bajo contenido en grasa. A continuación, os dejamos algunas recomendaciones que podéis tener en cuenta para entender este proceso. No obstante, no dejéis de consultar a vuestro pediatra para tomar las medidas apropiadas para vuestro caso particular, será la persona más indicada para asesoraros.

A partir de los 6 meses

 

Tipo de carne:

Carnes blancas: pollo, pavo, conejo

Partes recomendadas:

Aves: pechuga y muslo. En el conejo, piezas jóvenes con carne de color rosado y patas flexibles.

Características:

Carne tierna, sabrosa y fácil de masticar digerir. Su aporte nutricional es similar al de las carnes rojas pero apenas contiene grasas. Ideal para combatir el cansancio estacional.

A partir de los 7 meses

 

Tipo de carne:

Cordero y cabrito

Partes recomendadas:

La parte con menos grasa es la pierna, por lo tanto es la más adecuada. La carne de animales jóvenes es la más tierna.

Características:

Carne tierna y jugosa. Tiene un alto contenido en grasas, por lo que es recomendable no abusar de ella y retirar toda la grasa visible antes de proceder a su consumo (es fácil de identificar).

A partir de los 8 meses

 

Tipo de carne:

Ternera y cerdo

Partes recomendadas:

En el caso de la ternera, las partes menos grasas son el solomillo y los filetes de lomo. En el caso del cerdo, las partes más recomendables son el solomillo, la cinta de lomo, la paletilla o el jamón. Se recomienda elegir piezas de la parte trasera del cerdo por contener proteínas de mejor calidad.

Características:

La grasa de la carne de ternera y de la carne de cerdo se retira con más dificultad, por lo que hay que esperar a que el estómago del bebé termine de formarse. Esta carne tiene un gran poder nutricional y ayuda al bebé a mantenerse fuerte y sano.

Si quieres aprender más cosas sobre la incorporación de la carne a la dieta infantil o sobre cuáles son las raciones de carne recomendadas para cada niño, te recomendamos visitar el blog de Crecer Feliz.

 

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