Como sabemos, el Lechazo de Castilla y León goza de una merecida fama de calidad, avalada por la I.G.P (Indicación Geográfica Protegida) desde hace más de 10 años. Desde Carnicería Vicente Gijón trabajamos para que nuestros clientes puedan degustar la mejor carne de lechazo sin salir de Asturias.
El lechazo es la cría de la oveja que aún se alimenta de leche materna. En 1977, tratando de obtener la diferenciación del producto e impulsar la ganadería castellana, se crea el reglamento de la indicación geográfica protegida, “Lechazo de Castilla y León” y su Consejo Regulador, definiendo así los parámetros que se atribuyen al animal. Así, el lechazo de Castilla se caracteriza por su peso y por su edad, entre otros factores. La edad de sacrificio no debe superar los 35 días y su peso debe oscilar entre los 9 y los 12 kg.
La carne de lechazo, de color blanco nacarado o rosa pálido, posee un sabor único e inconfundible. Su textura suave y jugosa, su ausencia de grasa y su sabor intenso hacen que la carne de lechazo sea considerado un auténtico producto delicatessen. El lechazo de Castilla es un producto idóneo para los verdaderos gourmets de lo exquisito, para los amantes del buen comer y para los paladares más exigentes .
¿Qué hace tan especial al lechazo de Castilla?
Son varias las argumentaciones que tratan de dar respuesta a esta pregunta. Algunos expertos defienden la raza, otros apuntan a la influencia de las condiciones geográficas y otras voces hacen referencia a los siglos de sabiduría de los ganaderos. Posiblemente todas estas opiniones tengan validez, pero lo cierto es que sería imposible pasar por alto la estricta normativa que tiene la IGP, garantizando una calidad fiable para los consumidores y para los distribuidores. A continuación, mencionamos algunos de los aspectos que caracterizan al lechazo de Castilla.
- Buena alimentación de las ovejas. La alimentación de las madres es natural, a base de pastizal de monte bajo y rastrojos de cereal.
- Censo de la ganadería. La carne procede única y exclusivamente de las razas Castellana, Churra y Ojalada, de ganaderías enclavadas en Castilla, y los lechazos amparados deben nacer y criarse en dichas explotaciones ganaderas.
- Variedades de métodos de transporte al matadero. El transporte de los lechazos al matadero requiere su correspondiente guía de sanidad de origen, estando controlado en todo momento, por el Consejo Regulador, dicho transporte. El transporte del ganado -lechazos- al matadero se realiza en vehículos debidamente autorizados, de forma que el animal no sufra alteración o molestia que pueda afectar a su estado o integridad física.
- Tiempo, experiencia y hábitos de sacrificio y despiece. Las explotaciones están totalmente adaptadas a los ecosistemas tradicionales y respetan el medio natural. El sacrificio, desollado y eviscerado se realiza por métodos legalmente autorizados. El tiempo de reposo será el mínimo imprescindible. Todos los animales acogidos serán sacrificados el mismo día de entrada en el matadero. El producto final se somete a los análisis correspondientes para poder garantizar su calidad.
- Distancia recorrida desde la producción. El transporte se realiza preferentemente por la mañana, evitando recorridos largos.
¿De dónde viene nuestro lechazo?
El lechazo de Castilla que encontrarás en Carnicería Vicente Gijón proviene de Mayorga, un pequeño pueblo situado al norte de Valladolid. Desde allí, Cárnicas Mahejo, una empresa familiar sostenida por el esfuerzo de tres generaciones, se apoya en los recursos de la zona para distribuir un producto extraordinario. Cárnicas Mahejo trabaja con ganaderías cercanas que se benefician de los ricos pastos de la zona para ofrecer un producto de gran calidad.