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Comienza precalentando el horno a 250º con calor arriba y abajo. Cuando tengas esto en marcha, empieza a preparar la mezcla con la que iremos untando las costillas durante todo el tiempo que estén en el horno. Primero coge un bol de tamaño medio, siempre teniendo en cuenta la cantidad de costillas. Cuando lo tengas, mezcla todos los ingredientes, primero echa un chorro de aceite virgen extra, pimienta negra molida, sal, perejil picado, un poco de tomillo y romero, bátelo bien hasta que obtengas una mezcla homogénea, pruébalo para corregir y por último añade una cucharadita de miel de Tueres para contrarrestar la acidez. Cuando lo tengas listo déjalo reposar unos diez o quince minutos, y mientras tanto empezaremos con la preparación de la reducción de sidra.

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Mientras el horno termina de alcanzar la temperatura optima, ya puedes untar las costillas con la mezcla y dejarlas reposar para que en cuanto este listo el horno, puedas colocar las en la bandeja y meterlas dentro. Mientras las costillas se empapan bien de la mezcla, comienza a preparar la reducción de sidra, para tenerla lista y apunto. Los primero que debes hacer es colocar un cazo en el fuego y añadirle una botella de sidra natural. Acto seguido añadiremos una cucharadita de semillas de mostaza trituradas y un cuarto de cucharadita de semillas de hinojo machacadas. En ese momento remueve bien los ingredientes y sube el fuego hasta que alcance el punto de ebullición, despues baja el fuego a medio o suave y deja reducir hasta alcanzar una salsa más bien espesa.

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Con todo listo y apunto, ya puedes colocar las costillas recubiertas de la mezcla de aceite y especias en la bandeja del horno y las meteremos dentro. Deja que se doren bien a máxima potencia y luego baja la temperatura a 180º. Mantén las costillas en el horno durante hora y media, todo depende del grosor y del tipo de horno, y recuerda ir girándolas y untándolas con la mezcla cada quince minutos, para que no se queden secas.

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Mientras se hacen las costillas, atiende la reducción de sidra hasta que este en su punto. Una vez finalizada la reducción, pela y pica en aros una cebolla de tamaño medio o grande. Justo a continuación pon una sartén a calentar con un chorro de aceite y añade la cebolla para que se fría. Mientras atiendes la cebolla, limpia los espárragos trigueros y ponlos en otra sartén para que se vayan cocinando a la plancha.

Una vez finalizadas todas las elaboraciones, dale un golpe de calor a la reducción a la cebolla y a los espárragos y emplata junto con las costillas para servir. Ya está todo listo para disfrutar y reunirse con familiares y amigos.