En Carnicería Vicente Gijón estamos en constante movimiento y evolución para acercaros y descubriros las amplias posibilidades culinarias relacionadas con las carnes y sus derivados. Por eso hoy, retomamos un tema tan interesante como los maridajes o uniones perfectas, en este caso entre el vino y los diferentes tipos de carne. Como ya os adelantamos en nuestro anterior articulo sobre maridajes Carne y Cerveza, nuestra amplia variedad de productos frescos y elaborados de la más alta calidad son perfectos para experimentar y divertirnos en las cocina y en la mesa. Si sois amantes de la carne, el embutido o la cocina y además os encanta el vino, esperamos que a través de esta lectura podáis unir todas vuestras pasiones.
El vino ha sido testigo de los grandes acontecimientos de la historia de la humanidad, nos ha acompañado en nacimientos, enlaces, festejos y comidas familiares entre otros muchos hitos históricos. Sus primeros elaboradores datan del Neolítico, los habitantes de las zonas de Irak e Irán. Esta bebida alcohólica ha llegado hasta nuestros días, convirtiéndose en un elemento más de nuestra gastronomía y ocio, ampliando su variedad día a día. Esto ha convertido al vino en un elemento muy importante como acompañamiento de distintos platos.
Cuando nos enfrentamos a la elección del vino ideal para acompañar nuestras carnes, lo mejor es tener claro cuales son las bases de nuestro plato y los condimentos con los que lo vamos a enriquecer, para así hacer la elección del maridaje perfecto para cada ocasión.
La mejor forma de introducirse en el mundo de los maridajes es perder el miedo y estar permanentemente abierto a todo tipo de platos y nuevos sabores procedentes de nuestra cultura y de otros lugares. Por eso como punto de partida, es necesario afianzar ciertos conceptos básicos. Los vinos blancos en sus diferentes variedades se ajustan muy bien a sabores ligeros que permiten marcar la diferencia con el vino, por otro lado, los vinos rosados encajan con sabores suaves pero con algo de carácter, y los vinos tintos, en su amplio espectro, son ideales para sabores intensos que necesitan romperse con el contraste de la bebida.
Vinos Blancos jóvenes y sencillos maridan perfectamente con aperitivos o entrantes ligeros.
Vinos Blancos jóvenes más serios y con mayor enjundia son el complemento ideal para quesos frescos, ensaladas, musses, pescados blancos. Platos en los que el vino es un refuerzo para el conjunto de sabores de nuestra cocina.
Vinos Blancos fermentados en barrica, en este caso pasamos a sabores más intensos como son verduras, embutidos ahumados, carnes blancas y arroces.
Vinos Rosados son los más adecuados para la pasta, platos con base de arroz, quesos suaves, tortillas y postres.
Vinos Tintos jóvenes tienen un amplio espectro de posibles maridajes con múltiple variedad de sabores, desde embutidos, quesos semi curados, pescados azules, hasta carnes blancas, carnes rojas asadas e incluso setas y salsas.
Vinos Tintos de crianza maridan increíblemente bien con sabores curados, carnes a la brasa, guisos de carnes rojas, embutidos.
Vinos Tintos de reserva llevan el maridaje un punto más lejos y se aventuran con los sabores de caza y guisos de sabor sutil y elaboración trabajada.
Con estas bases sentadas creemos que entre nuestro amplio espectro de productos frescos y elaborados de la más alta calidad podréis encontrar las oportunidades ideales para crear platos magníficos que sorprendan a familiares y amigos.
Estos son sólo algunas recomendaciones para unir vinos y carnes de la más alta calidad, y a través de esta unión realzar los sabores y matices de nuestros platos alcanzando los más altos placeres en la cocina y en la mesa.